Escena de una representación de la actriz mexicana María Teresa Montoya, en la Dama del Alba en 1945
Empezamos el recorrido con esta obra porque además de ser una de las más exitosas y emblemáticas, considerada unánimemente por la crítica su obra más lograda y paradigma del teatro poético de Casona, el mismo autor la consideraba la mejor de las suyas. Es una semblanza plena de lirismo de su Asturias y de su Besullo natal que añoraba y que llevaba tan profundamente acendrada en su corazón durante su largo exilio en América.
Retrata de una manera tan vívida su terruño, que al lector o al espectador le da la impresión de estar ahí. Desfilan paisajes de ensueño, la niebla que lo envuelve todo y le da un aspecto casi irreal, la afición de su pueblo por los viejos romances españoles, su gente, sus costumbres, su folklore, la tradicional popular fiesta de la noche de San Juan alrededor de la fogata con sus bailes y canto, sus leyendas y supersticiones, sus costumbres y vocablos regionales, todo impregnado por una la belleza, la poesía y la nostalgia de la evocación.
bendita sea "la dama del alba"
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